¡La lucha de Norita continúa!
Por Federico Méndez en el Nuevo PST - La Marx - 18/06/2024
Nora Cortiñas, apodada cariñosamente como Norita, fue una Madre de Plaza de Mayo que luchó incansablemente por la aparición de Carlos Gustavo, su hijo, desaparecido durante la última dictadura cívico militar.
Norita asistía cada jueves a la ronda de las Madres de Plaza de Mayo, un espacio de organización que se formó durante la dictadura ya que "no podía haber gente reunida, si no circulabas te llevaban, entonces caminábamos alrededor de la plaza viendo que íbamos a hacer". Desde ese momento comenzó un recorrido de luchas que jamás abandonaría nunca.
Cofundadora de Madres de Plaza de Mayo y posteriormente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora en 1986. Una organización cuyo objetivo es mantener los principios fundadores de la organización. Ellas mismas se describen diciendo que "nos conformamos de manera horizontal, con igualdad de responsabilidad y actuamos con similar responsabilidad. La lucha de las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, si bien es de alguna manera política, no es partidista y se asienta en un criterio amplio de respeto hacia todas las ideologías y credos religiosos."
Luchadora incansable, de una conducta intachable, No importaba que llueva o que hagan 40 grados, Norita siempre estaba presente y su agenda siempre estaba repleta. Siempre estuvo del lado de los sectores más oprimidos, independiente de cualquier gobierno. Junto con otras Madres defendieron su independencia política cuando Hebe Bonafini decidió sumarse al kirchnerismo, junto con otras compañeras.
Nos dio su apoyo en las campañas contra los femicidios en México y Perú y por la libertad de los presos políticos en Colombia, como es el caso de Sergio Andrés Pastor González, más conocido como "19", el dirigente de la Primera Línea de Colombia injustamente detenido por haber encabezado la lucha contra el régimen uribista.
Desde el Nuevo PST no queremos homenajear tibiamente a Nora Cortiñas, nuestro homenaje es político, de lucha. Es por ello que queremos hablar de lo para nosotros fue su principal bandera: la independencia política de los gobiernos capitalistas.
Norita fue una enorme piedra en el zapato del kirchnerismo
No es casual que la imagen de Norita haya adquirido su mayor notoriedad con el kirchnerismo así como tampoco es casual que en ese momento se haya ganado el más profundo respeto, inclusive de sus detractores. Esto es así porque ella atentaba contra uno de los principales objetivos del kirchnerismo: cooptar las direcciones de los movimientos populares.
Luego del Argentinazo el kirchnerismo puso como uno de sus principales objetivos impedir que surgieran direcciones del movimiento de masas con independencia de clase o poder neutralizar a las ya existentes. De lo que se trataba era de "amansarlas" y "estatizarlas" otorgándoles sumas millonarias y cargos políticos para que abandonaran progresivamente las banderas de sus luchas o para que no cuestionaran al Estado capitalista ni su régimen democrático burgués. Fue en ese sentido que cooptaron a los movimientos sociales más progresivos del país como los organismos de derechos humanos, Madres, Abuelas e Hijos de Plaza de Mayo, así como a los movimientos piqueteros o de fábricas recuperadas.
Norita entendía perfectamente la trampa de esta política del kirchnerismo que reivindicaba los derechos humanos pero solo para vaciarlos de contenido y transformarlos en una reliquia de museo. Frente a este cambio de rumbo norita decía que en "lo que hay que poner énfasis es que, hasta ahora, los organismos de derechos humanos y en especial las Madres, no hacíamos partidismo político y manteníamos independencia del gobierno de turno, algo fundamental. Nunca apoyamos al oficialismo fuera el gobierno que fuera" y que "los que hoy reclaman trabajo, sueldo digno, comida en todos los hogares, buscan lo mismo que pretendían nuestros hijos. Un gobierno necesita tener una masa crítica, un empuje desde el pueblo".
Dos posiciones antagónicas y la importancia de la independencia política de los organismos de derechos humanos
La asociación Madres de Plaza de Mayo, dirigido principalmente por Hebe de Bonafini y Estela de Carlotto, se convirtió en un mero apéndice del kirchnerismo. A partir de allí comenzaron a tener una política de apoyo desvergonzado a cualquier medida del gobierno. En el mejor de los casos, tenían —y tienen— una política selectiva, apoyando solo las luchas que no afectaran al gobierno kirchnerista.
La comparación con Hebe se podría decir que es hasta didáctica ya que aquella fue todo lo contrario de Norita, opuesta por el vértice. Quizás el mejor y más lamentable ejemplo de esta "doble moral" sea las dos caras de la política que tuvo el sector de Hebe frente a la desaparición de Jorge Julio López, primero y la desaparición (asesinato) de Santiago Maldonado después.
Hebe trató bajo todos los medios posibles de minimizar y desprestigiar el reclamo y movilización por la aparición con vida de Jorge Julio López, desaparecido durante el gobierno de Néstor Kirchner. Por el contrario, durante el gobierno de Macri alentaron la movilización por la aparición de Santiago Maldonado. En una declaración Hebe dejaba en claro cuál era su política con estas lamentables palabras: "¿No sabían? López trabajaba de guardiacárcel, igualmente no tiene que estar desaparecido, pero no es lo mismo que un militante comprometido como este pibe". Pese a ello su sector nunca llevó a fondo la lucha por el esclarecimiento del caso, cuando la movilización había tomado una magnitud importante llamaron a frenarla porque hacerlo tan cerca de las elecciones era "faltarle el respeto a la familia".
Norita, por el contrario, estuvo desde el primer momento apoyando en ambos casos por igual, acompañando a ambas familias declarando que se trata de "una desaparición forzada (...) que hacen desaparecer una persona así y que te lo niegan, te dicen que no está en ningún lado, mintiendo otra vez, como pasó con López."
En el 2013, cuando Cristina Kirchner designó al ex represor César Milani como jefe del ejército, las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora —junto a otros organismos de derechos humanos y partidos políticos— se opusieron desde el primer momento. Norita declaraba que "hace diez años, este Gobierno hizo bajar los cuadros de dos genocidas (Jorge Rafael Videla y Reynaldo Bignone) y después toman esta decisión de poner a Milani. Es inexplicable" y que después de "tantos años de lucha", las organizaciones de derechos humanos no imaginaban "un jefe del Ejército que participó de la dictadura", "Nadie del pueblo puede concebir que le digan "no es genocida, lo inventaron". No le inventaron nada, es un genocida"
Por el contrario, Hebe de Bonafini —que hasta tuvo el descaro de pedirle que intervenga las villas con el ejercito—, respondía en su defensa diciendo que la acusación fue "inventada por Jorge Lanata" y una madre de Plaza de Mayo [Nora] "para arruinarlo", en una carta le dijo que "cuando un hombre es libre como vos, no existen los muros."
En 2020, cuando el por entonces presidente Alberto Fernández declaraba en Campo de Mayo que la argentina debía "dar vuelta la página" con a las Fuerzas Armadas, Norita salía a responderle que era "un negacionista" y que "no podemos aceptar dar vuelta la hoja ni cerrar la exigencia de que se abran los archivos y que nos digan qué pasó con todos y cada uno de los detenidos/desaparecidos", mientras tanto Hebe respaldaba al presidente sosteniendo que "La Asociación Madres de Plaza de Mayo quiere expresar que está completamente de acuerdo con lo que dijo el señor Presidente, Alberto Fernández, en relación a las Fuerzas Armadas. Sus expresiones fueron muy claras en cuanto a la reivindicación de las Fuerzas nuevas, renovadas, que crearon Néstor, Cristina y Nilda Garré (...)"
Siempre presente en todas las luchas
Norita nunca ensució su lucha poniéndose del lado de los gobiernos represores y hambreadores, por más que se disfracen de progresistas. Siempre mantuvo la independencia política de cualquier gobierno, como lo era en sus comienzos Madres de Plaza de Mayo. Fue esta independencia la que le permitió sumarse a cada una de las luchas populares, no solamente en defensa de los derechos humanos y el juicio y castigo de los genocidas de la última dictadura, también de los trabajadores por salarios, de los desocupados por comida y asistencia social, de las mujeres por la ESI y el aborto legal, de la juventud por la educación pública, de los jubilados por los haberes previsionales, por el juicio por la Masacre del Puente Pueyrredón, por la masacre de Cromañón, por la Tragedia de Once, por los pueblos originarios, en apoyo al pueblo Palestino... la lista es interminable.
Una de sus grandes luchas fue contra el pago de la Deuda Externa. En el 2006 se opuso al pago de la deuda con el FMI por parte del gobierno de Néstor Kirchner, mientras los grupos de madres vinculados al sector de Hebe aplaudían esta medida ella nos decía que "tal vez, el pueblo argentino poco informado no tiene en cuenta que el costo humano de la deuda empieza con 30.000 mujeres y varones detenidos desaparecidos, con torturas, con presos políticos y con miles y miles de exiliados. Y también con los más de cien niños que mueren diariamente por hambre o por causas prevenibles. No implica que seamos opositores al gobierno, sino a una medida que sabemos que no favorece a la Argentina. Porque este dinero se tendría que haber utilizado para la distribución de la riqueza y la reactivación económica." Además preguntó: "esa deuda ¿la tenemos que pagar, deuda manchada de sangre y de dolor? ¿Ustedes creen que hay que pagarla? Hay que decir ¡no! Sea el gobierno que sea y gane quien gane, hay que decirle que no la vamos a pagar"
También participó de las movilizaciones y se pronunció a favor de los pueblos originarios en 2010, cuando el gobierno del peronista de Gildo Insfrán —aliado de Cristina— reprimía a las comunidades Qom en Formosa. Según Norita "la presidenta dijo que la gente que estaba acá estábamos politizando la lucha de los pueblos originarios. Lamentamos sus dichos, porque nuestra lucha por los desaparecidos es política, porque los desaparecieron por razones políticas. Estamos contentos con los juicios a los genocidas, pero luchamos por los derechos humanos de todos. Nos da vergüenza que la presidenta no tenga sensibilidad para recibir a estos pueblos. Que les abra las puertas."
Fue abanderada por el movimiento feminista, apoyando distintas causas como los derechos de la mujer, contra la violencia de género y los femicidios. Participó activamente de las movilizaciones por la legalización del aborto en 2018. Ella nos decía que "cuando una mujer se va a hacer un aborto, hay un motivo muy serio, y tiene muchas consecuencias. Es cuando más el Estado tendría que ayudar y proteger".
Denunció la hipocresía, silencio y complicidad de la iglesia, exigiendo al Episcopado y al Vaticano —en manos del Papa Francisco—, la apertura del archivo de 3000 cartas y documentos, que se conservan en el Episcopado, en la Nunciatura Apostólica y en la Santa Sede, sobre el destino de los desaparecidos. Porque como bien diría Norita en la institución "saben la verdad" sobre lo sucedido en la última dictadura cívico-militar ya que "entraban a los campos de concentración, palmeaban a la gente sangrante, torturada, diciéndoles que hablaran porque, si no, seguiría la tortura", y que "acompañaban a los militares y civiles que participaron del terrorismo de Estado en los 'vuelos de la muerte', donde tiraban a nuestros hijos e hijas adormecidos, torturados, al mar o al río". "la iglesia fue parte de esa época tan siniestra y dolorosa para todo el pueblo argentino."
Estos son solo algunas de las innumerables luchas de las cuales fue partícipe, diferentes entre sí, pero a todas ellas las une el hilo de la injusticia. Así nos lo explica nuestra querida Norita con estas maravillosas palabras y a modo de cierre:
"Cuando se llevaron a Gustavo mi vida cambió completamente. Salí a la calle a buscarlo y empecé un camino de aprendizaje, de descubrimientos. El encuentro con otras madres, la lucha colectiva, ese círculo de amor por nuestros hijos e hijas, fue lo que me dio la fuerza para salir adelante. En ese caminar fui asumiendo las banderas de mi hijo y entendiendo que si él peleaba contra todas las injusticias yo también debía hacerlo. Esa ausencia, ese dolor que siento todos los días, es el motor de mi compromiso. Por eso estoy en cualquier lado acompañando las luchas contra todas las opresiones; porque, sencillamente, quiero cambiar este mundo injusto. Dentro de muchos años me gustaría ser recordada con una sonrisa y con ese grito que significa todo lo que siento adentro mío: ¡Venceremos!"
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