¡Ni Massa ni Milei! ¡Abstención y voto en blanco! ¡No a la trampa de la Unidad Nacional!
Nuevo PST – La Marx Internacional
Ni bien se conocieron los resultados de la primera vuelta, Sergio Massa pronunció un discurso donde quedó definida su táctica ante el ballotage. Despojado de símbolos peronistas, a sabiendas de que pese a este triunfo relativo el peronismo perdió 3.300.000 votos respecto a la elección presidencial de 2019, y teniendo en cuenta el creciente repudio de las masas a la falsa democracia de los capitalistas, planteó:
"Quiero convocar a que entendamos que la Argentina que viene es la Argentina del abrazo, del campo y la industria, del interior y la ciudad, del desarrollo ferroviario, de empresarios y trabajadores sentados en la misma mesa construyendo la suma de capital y trabajo, más desarrollo argentino" "Quiero hablarle a los que fueron al cuarto oscuro y votaron en blanco que, a lo mejor, con desesperanza o bronca se quedaron en sus casas, quiero hablarles a quienes eligieron a Myriam (Bregman), a Juan (Schiaretti), a esos miles de radicales que a lo largo de la Argentina comparten con nosotros valores democráticos, pero también a aquellos que eligieron otra opción pensando en la necesidad de tener una Argentina en paz, con orden, sobre la base de construcción de valores democráticos, de respeto a las instituciones, esos que quieren un país con certezas".
La unidad nacional que pregona Massa, es la unidad que necesitan los patrones y el imperialismo para descargar todo el peso de la crisis económica. Es la "unidad" para que la clase obrera acepte las imposiciones de los explotadores: miseria y empobrecimiento generalizados combinados con la elevación de la productividad en las fábricas y empresas (es decir mayor intensidad en el trabajo)
La pérdida de más de 3 millones de votos en relación a las elecciones presidenciales anteriores, demuestra que el peronismo vive un verdadero derrumbe, es decir, Massa necesita la "unidad nacional" porque será un gobierno débil para defender la Argentina capitalista si gana el ballotage.
Estas afirmaciones se confirman, cuando por la vía de los hechos, este pacto de Unidad Nacional ya se viene aplicando. Partidos patronales, la iglesia, las centrales sindicales de la CGT-CTA, acordaron llegar como sea al 13 de agosto primero, al 22 de octubre luego y ahora al ballotage del 19 de noviembre. Que el acuerdo abarca a todos los sectores quedó más que demostrado con el apoyo de Milei y el FITU para votar leyes propuestas por Massa, como Ganancias o IVA y hacer un silencio cómplice en los casos de corrupción de Chocolate e Insaurralde, mencionados al pasar pero tratando de no hacer olas, sobre el financiamiento de la política y el entramado de corrupción, del manejo del negocio del juego, el narcotráfico y la prostitución que implica a Massa y todo el peronismo (y al resto de los políticos capitalistas) mientras que se dispara la inflación al 138% y el dólar a $1110, y con una canasta básica a $319.422.
Todos son parte, en este sentido, de garantizar un verdadero "cronograma del hambre", de manera de asegurar la gobernabilidad y evitar un estallido social. Ese acuerdo de gobernabilidad implícito, con el discurso de Massa desde el bunker el domingo, se hizo explícito. Busca así "institucionalizar" el acuerdo de gobernabilidad, con todos los sectores defensores del capitalismo.
Massa cuenta con el apoyo del imperialismo y la Internacional Progresista*. Consideran que es el mejor lacayo para contener a las masas, tratando de engañar al pueblo con una falsa discusión sobre el peligro de la derecha. Es la misma receta que usaron para apoyar a Lula en Brasil, a Petro en Colombia, a Boric, en Chile y Castillo en Perú. Del mismo modo, en Argentina quieren mostrar a Massa como progresista frente al avance de la ultraderecha de Milei.
Esto es falso, porque Massa y Milei son parte del mismo sistema, defensores a ultranza del capitalismo, defensores de los ricos que gobiernan la Argentina del 1%. Hasta comparten el mismo origen neoliberal conservador, la UCEDE de Alsogaray y Cavallo.
Siguiendo la política discutida en Davos** por el imperialismo y el Pentágono, de que hay una policrisis mundial y que no hay salida a esa situación, la solución propuesta es dar concesiones a través de planes y subsidios a los sectores más empobrecidos del pueblo. Massa tomó linealmente la política del imperialismo, otorgando planes, bonos, IFE y limosnas a los sectores más vulnerables para contener la bronca del pueblo.
Milei, por su parte, apenas sumó 700.000 votos más que
en las PASO y está obligado ahora a buscar un amplio acuerdo electoral, llamando
a Bullrich para Ministra de Seguridad y a la izquierda reformista al Ministerio
de Capital Humano para lo cual, según él, serían altamente competentes.
En el mismo sentido, la caída en picada de Bullrich con una crisis interna en Juntos por el Cambio, que sufrió también un derrumbe con una pérdida de 4.544434 votos en relación al 2019. Se avizora más crisis y una posible ruptura de la coalición, que tuvo como consigna central derrotar al kirchnerismo, tarea que ya habían realizado las masas en el 2021 y que remataron en las PASO, lo que explica que Alberto y Cristina no aparezcan ni en las fotos.
En realidad, por encima de la crisis de los partidos patronales, lo que se consolida es la abstención y voto en blanco como un enorme salto en la conciencia, porque las masas empiezan a comprender que los partidos e instituciones de la democracia capitalista, la democracia de los ricos, no resuelve ninguno de los problemas fundamentales de las masas del mundo, y que la democracia burguesa es una farsa que gobierna para el 1% contra el 99% de los trabajadores y el pueblo.
La izquierda reformista: De la adaptación al régimen al derrumbe electoral
El FITU no escapa a esta decadencia generalizada. Se ubicó en el último lugar después de una campaña electoral millonaria (recibieron del Estado el mismo aporte que La Libertad Avanza). En el debate presidencial el mismo Massa señaló que votaron más de 20 leyes con el gobierno, sin ninguna objeción por parte de la referente del PTS Myriam Bregman. Esta conducta sistemática, que lo llevó al paroxismo de votar todas las leyes del gobierno luego de las PASO, ayudó a la recuperación y estabilidad de Massa.
Avalaron así una política de concesiones mínimas para mejor dejar pasar la verdadera política del gobierno, que a través de su plan devaluatorio pulverizó de entrada cualquier mejora real. ¿De qué sirvió por ejemplo votar la nueva Ley de Alquileres que propuso Massa? Ningún inquilino tuvo una mejora real, todas las horas perdidas en esa discusión son una muestra cabal de la inutilidad de esa cueva de chorros que es el Parlamento, en el que estos falsos revolucionarios están tan bien conceptuados.
La tarea de un revolucionario en el Parlamento es usarlo como tribuna de denuncia de todas las injusticias y de una agitación sin pausa contra el gobierno capitalista, no de votar las leyes que proponen nuestros verdugos. Persisten en no asumir el enorme retroceso electoral y militante que esta conducta vergonzosa acarrea, consolándose con la posibilidad de sumar un nuevo diputado nacional en el Parlamento.
Está claro para las masas que el FITU es furgón de cola del peronismo, con ausencia de consignas para derrotar el gobierno, antes bien votando sus leyes como ya señalamos, siguiendo verticalmente el programa del gobierno, sin sacar los pies del plato. Es por esto que la inmensa mayoría de los trabajadores no los ven como opción distinta del sistema.
¿Ahora para el ballotage qué definirán? ¿Saber cuál es la mejor propuesta entre Massa y Milei? En esto también van barranca abajo. En el ballotage del 2015 entre Scioli y Macri los grupos del FITU llamaron a la abstención y el voto en blanco; en el 2019 entre un posible ballotage entre Fernández y Macri adelantaron también la posición de la abstención y voto en blanco. Ahora, definitivamente adaptados al régimen, llaman a una "asamblea para evaluar qué hacer en este escenario de ballotage".
Los revolucionarios marxistas no convocamos asamblea para definir ningún apoyo a los partidos patronales del sistema, es una traición a la clase obrera. Las recientes declaraciones de Bregman planteando que no votarán a Milei ni darán apoyo político a Massa estaría indicando que sí lo votarían. Eso sí, sin darle "apoyo político". Una vulgar maniobra para ocultar una nueva y grave capitulación a una de las dos fracciones capitalistas en pugna
Nuestra posición
Nosotros somos categóricos: hay que rechazar ambas opciones, tienen que sacar la menor cantidad de votos posibles, cada apoyo y cada voto que reciban Milei o Massa, es un arma que le estamos dando para que nos asalten. No hay ninguna salida de fondo con esos capitalistas: ni vivienda, ni salarios dignos, ni estabilidad económica, ni trabajo para todos, ni goce de las libertades, ni mayor seguridad.
La única salida es rechazarlos a ambos y organizarnos para luchar por una salida de fondo: un gobierno de la clase obrera que le dé duro a los explotadores capitalistas, a los burócratas sindicales y a los políticos que los defienden.
Solo ese gobierno obrero apoyado en el resto del pueblo trabajador puede organizar la economía para que sirva a las necesidades de la mayoría de la población, tomando las medidas que hagan falta, lo primero será hacerse cargo de las alimenticias, para acabar rápidamente con el hambre de la población. Y partiendo de las necesidades más básicas, organizar en forma planificada toda la economía del país.
Para luchar por esa salida de fondo te invitamos a sumarte al Nuevo PST y a La Marx Internacional para construir juntos la herramienta de lucha que la clase obrera necesita para tirar abajo este sistema de hambre y explotación.
#Ni Massa ni Milei: ¡Voto en blanco, nulo o abstención!
#Abajo el régimen de los capitalistas!
#Por un gobierno obrero y popular
Notas:
*La
Internacional Progresista es una organización de partidos y personalidades a
nivel mundial, cuyo fin es engañar a los pueblos planteando la posibilidad de
reformar al capitalismo sin reemplazarlo
**En la ciudad de Davos, Suiza, se reunen anualmente los verdaderos dueños del mundo: gobiernos imperialistas y gerentes de los más grandes conglomerados económicos.