Editorial Nº43 - 14 de septiembre del 2024
Gobierno y oposición contra los jubilados
Los acontecimientos de esta última semana alrededor de la cuestión del veto presidencial a la ley de movilidad jubilatoria votada por ambas cámaras del Congreso —y ahora dejada sin efecto por la ratificación del veto— han sido muy ilustrativos de lo que pasa en el país.
El superávit fiscal que logró el gobierno de Milei, se basó en la espectacular devaluación de diciembre (casi un 120%) que licuó todos los salarios pero en especial los haberes previsionales y las asignaciones familiares, cuyos porcentajes de aumento son fijados por el gobierno directamente. Es por eso que se ha señalado repetidamente que la base del superávit fiscal ha sido el saqueo al salario global de la clase pasiva.
Una vez logrado esto, Milei diseñó un esquema de aumentos ligados a la inflación mensual según el IPC (Índice de Precios al Consumidor) más un bono discrecional de $70.000. Discrecional en dos sentidos: valor y vigencia. Lo paga y lo aumenta si quiere. Hasta el momento, pese a la inflación constante, mantiene su valor desde que se comenzó a pagar.
Lógicamente, como ocurrió en todos los anteriores gobiernos, con la devaluación se trata de lograr dos objetivos: bajar el valor de los salarios que se pagan en pesos, para aumentar la rentabilidad de los exportadores y licuar el gasto público (salarios y deudas del Estado).
La devaluación de Milei produjo un salto en la inflación de diciembre, que llegó a un 25%, siendo la de enero del 20,5%.
Lo que hizo Milei fue tomar la inflación de febrero y parte de la de enero (un 12,5%) para empezar a "reconstituir" el salario de los jubilados. Es decir, se perdió el 25% de diciembre y un 8% de enero.
La ley votada por la oposición peronista, radical y del PRO, revierte la diferencia de enero (8%), dejando intacto lo perdido por diciembre. En el bolsillo de un jubilado sumarían unos $14.000 aproximadamente. Una miseria, el equivalente a dos o tres kilogramos de carne picada.
Esa es la diferencia entre una ley y otra. Por eso, la disputa por el problema del veto, oculta que TODOS están de acuerdo en que los salarios de los jubilados sigan siendo de hambre y que se respete lo que el Estado les robó con la inflación del 25 % del mes de diciembre. Y eso a sabiendas de la miseria que venían cobrando los jubilados con el plan de Cristina, Massa y Alberto.
Todo el Parlamento, en consecuencia, está de acuerdo en que los efectos más importantes y gruesos logrados con la devaluación de diciembre, mantengan sus efectos. Todos están de acuerdo con el hambre y la miseria generalizadas, difieren si por ahí hay que hacer algún retoque cosmético como para mostrar el rol del parlamento.
Desde el Nuevo PST denunciamos este rol perverso del parlamento, una verdadera cueva de ladrones y mentirosos, en donde no hay nada que rescatar de sus integrantes, porque es la institución en sí la que sirve de engaño al pueblo.
Esta ley patética que votó el parlamento, que al decir de una voz autorizada en el análisis y seguimiento de las cuestiones previsionales, como es el Dr. Eugenio Semino, era "poco o nada significativa para el haber de los jubilados", sirvió para que la oposición patronal tuviera un caballito de batalla por un par de semanas, acompañados por la actitud vergonzosa de la izquierda argentina que se plegó a la burda maniobra.
En efecto, la explicación de porqué un Kicillof, un Espinoza, un Moyano o un Manrique llamaran a movilizarse el día 11 de setiembre (aunque sin trabajadores, solo ellos y sus cuerpos patoteros orgánicos y sus punteros políticos) es porque tenían la oportunidad de manifestarse opositores sin joderle el plan ni a Milei ni al propio Kicillof, que también paga jubilaciones de hambre en Buenos Aires y que jamás estaría de acuerdo con una verdadera recomposición salarial que afectara sus finanzas.
Una pose, en definitiva, que no afecta el plan de fondo del gobierno, pero que apuntala la búsqueda peronista de un eje que es "Todos contra Milei". Pero no para derrotar su plan, sino para recuperar el poder en el 2027. La burocracia peronista es parte de esa maniobra porque así, con estos aires de luchadores, ocultan su rol cotidiano en las empresas, donde permiten que los patrones despidan y flexibilicen sin problemas. Eso es lo que por ejemplo confiesa Manrique, dirigente del Smata, refiriéndose a los 300 despedidos en Volskswagen, justificando los mismos en los legajos de los compañeros. Ese siniestro personaje, pertenece junto con Moyano al ala "dura" de la CGT, y denuncia a los dirigentes sindicales que negocian con el gobierno "a espaldas de los trabajadores".
Si marcharon contra el veto de Milei, es precisamente porque esa maniobra no pone en riesgo el plan del gobierno, del que son sus verdadores sostenedores dentro del movimiento obrero, así como el partido peronista y el resto de los partidos patronales son los sostenedores del gobierno dentro del parlamento.
Cualquier obrero u obrera sabe que esos mismos dirigentes que fueron con sus banderas y cánticos a protestar, lo deja a merced de las patronales cada día de su vida en el trabajo. Eso no hace falta explicarlo mucho, cada trabajador o trabajadora lo sabe.
Pero lo que decimos respecto del Parlamento, puede ser más difícil de entender.
Milei tiene, como todos sabemos, un bajo porcentaje de legisladores propios. ¿Cómo ha hecho, entonces, para avanzar con algunas leyes y sostener su plan de ajuste feroz sobre el pueblo trabajador? Precisamente con el apoyo de los diputados y senadores, no solo de los propios y de los llamados dialoguistas, sino también de los opositores. Todos cumplen su papel, como en una comedia. Los hay adeptos incondicionales, los hay amigos con derechos y los hay duros opositores. Todos juegan su juego, incluso la izquierda, que se espanta de que los demás legisladores un día voten una cosa y al otro día otra. ¡Pero eso es precisamente lo que se hace en cualquier parlamento capitalista! Un continuo engaño, una negociación sin descanso tras bambalinas, un decir y no hacer, una perpetua deliberación…Imaginemos que esa ley miserable que votaron, se empezó a discutir junio y se terminó definiendo casi cuatro meses después…
Nosotros no estamos en contra de que la izquierda que se reclama socialista tenga legisladores. Pero no para hacer esta payasada de andar apoyando a tal o cual sector patronal. Estamos a favor de que si la izquierda tiene legisladores, cumplan allí un rol de denuncia concreta y cotidiana a esa cueva de bandidos que es el Congreso de la Nación. En esta ocasión, en vez de salir a alinearse con el peronismo hambreador y corrupto, había que salir a denunciar la maniobra del parlamento contra los jubilados, explicando la necesidad de movilizarse contra todo el plan de Milei y contra el congreso que lo ayuda a gobernar.
El plan de Milei, es un plan para salvar el capitalismo argentino en crisis, parte a su vez de la crisis de todo el sistema capitalista mundial, que en cada país discute, al igual que acá, cómo ajustar a los trabajadores, cómo bajar las jubilaciones y elevar la edad de las mismas, cómo implementar una mayor productividad del trabajo obrero, cómo gastar menos en educación y en salud, etc.
Para cambiar esta realidad, debemos enfrentar y derrotar al plan de Milei y para hacerlo, debemos dar una lucha masiva, como se vio en la marcha educativa, como la pueblada de Misiones, como se movilizaron ciudades de Corrientes por la aparición de Loan, como lo están haciendo los docentes neuquinos. Solo que no en luchas sectoriales o regionales, sino en un gran levantamiento y una huelga general en todo el país. Por eso es necesario que la clase obrera argentina avance en su independencia, en sacarse de encima los traidores dirigentes peronistas, en lograr un gran polo de independencia de clase en que ningún patrón o vocero patronal tenga cabida, en donde empecemos a tomar el destino en nuestras manos. Hay que tirar abajo el plan de Milei y luchar por un gobierno propio, no por un nuevo gobierno patronal peronista ni de ningún otro partido.
No habrá aumento de jubilaciones o de salarios con leyes surgidas del Parlamento. Solo lo podremos conseguir con una gran lucha obrera y popular, hasta voltear este plan y organizar uno a favor nuestro, donde pongamos la enorme riqueza social que tiene nuestro país al servicio de la mayoría trabajadora y no de la minoría parásita capitalista y sus representantes políticos y sindicales.
El peronismo está siendo abandonado y en buena hora que lo sea. La izquierda reformista parece querer resucitar ese cadáver.
Desde el socialismo revolucionario del Nuevo PST decimos:
- Abajo la burocracia peronista y su putrefacto partido! Esto quiere decir: abajo la burocracia sindical, no a las Cristina, los Kicillof, los Espinoza, los Massa!
- Por un Polo de independencia de clase que organice la lucha contra Milei y todos los patrones!
- Por una huelga general hasta derrotar a Milei y su plan!
- Por un gobierno obrero y popular y un plan de emergencia contra el hambre y la desocupación!
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