Editorial Nº46 - 8 de noviembre del 2024
Crisis social, ganancias capitalistas y descomposición política
Un descomunal crecimiento de la miseria y empobrecimiento del pueblo, convive en Argentina con un aparente veranito económico, basado en la estabilidad del dólar y menores porcentajes de inflación en comparación con el 2023 y los primeros meses de este año. El mismo trabajador o trabajadora que reivindica eso, dos segundos después se lamenta del aumento de las prepagas, de los alquileres, de los servicios, de la comida… Es que esa supuesta estabilidad está basada en una toma extraordinaria de ganancias de los bancos y los grandes empresarios, producto del golpe devaluatorio de diciembre de 2023, del blanqueo de capitales, del avance de algunas leyes reaccionarias a través de decretos y votaciones parlamentarias y por sobre todo de una oleada de despidos y pauperización salarial productos de la inacción y la complicidad de la CGT y el resto de las centrales sindicales, cuyo último ejemplo fue el fallido paro del transporte, debilitando a los trabajadores del sector pero también al resto de la clase obrera, en especial dejando aislada la lucha contra la privatización y el ajuste en Aerolíneas Argentinas. La "columna vertebral" del peronismo y el peronismo mismo, junto con el resto de los partidos patronales, permiten que este gobierno se sostenga y avance.
Es decir, ganancias capitalistas y aumento de la miseria están de la mano, ya que no existe ninguna reactivación económica, salvo en sectores exportadores de materia prima como carne y granos con muy baja ocupación laboral. El triunfo de Trump en EEUU no mejorará en nada esto, pese al entusiasmo de Milei: es el capitalismo mismo el que se encuentra en crisis a nivel mundial. Y Trump, pese a haber triunfado, no escapa al repudio de las masas por todas las viejas organizaciones. Trump sacó 3 millones menos que en las elecciones anteriores. Triunfó por el estrepitoso derrumbe del partido Demócrata que perdió 17 millones de votos respecto a la anterior votación.
Estamos asistiendo a una profundización de la crisis de las instituciones políticas del país, expresada sobre todo en el mismo gobierno y el resto de los partidos.
La votación de Argentina contra el embargo a Cuba, llevada adelante con Mondino como canciller, derivó en su inmediato despido y reemplazo por el empresario y agente del sionismo, Gerardo Werthein. La alineación y sumisión de Milei con EEUU e Israel es absoluta. Pero más allá de eso, este hecho expresa las dificultades del gobierno para dirigir su propia tropa, graficada en decenas de peleas, renuncias y divisiones al interior de La Libertad Avanza, generando rencores y pases de factura internos.
Lo mismo pasa con el resto de los partidos: a la división del radicalismo y la desaparición de Juntos por el Cambio, debe sumarse la patética elección de Cristina como jefa de un Partido Justicialista cada vez más dividido y repudiado, una "elección" sin votos, sin actos, sin movilizaciones, sin el menor entusiasmo militante y habiendo además expuesto la división al interior mismo del kirchnerismo.
La izquierda parlamentaria del FITU, por su parte, languidece a la sombra de un discurso vacío, en la búsqueda del voto peronista, con el mismo discurso de enfatizar los peligros de la "derecha" a la cual le atribuye toda la responsabilidad del desastre actual, como si el problema no fuera el capitalismo, no sus distintos partidos. La masacre de Valencia en España, por ejemplo, ¿es culpa de la derecha o del sistema capitalista español, que no prevé, ni planifica y privilegia las ganancias de los grandes empresarios, destruyendo bosques, arrasando tierras, construyendo sin planificación y ni siquiera reaccionando ante la emergencia? No importa si gobierna el Partido Popular, el PSOE, Podemos o Vox. En España, como en todo el mundo, hay que tirar abajo al gobierno, en este caso el de Pedro Sánchez, a todos los gobiernos autonómicos, derribar la podrida monarquía y que gobierne la clase obrera, los campesinos y el pueblo pobre con sus propias instituciones.
Por una salida obrera a la crisis capitalista: ¡abajo el plan de Milei!
El plan de Milei y de toda la patronal es viejo y simple: derogar conquistas sociales como la indemnización (o como mínimo hacerla más barata para la patronal), achicar los gastos del Estado para gastos sociales en salud, educación, jubilaciones, etc., privatizar lo que se pueda, endeudarse cuanto se lo permitan… una receta que viene fracasando siempre, acá y en todo el planeta, por eso los continuos levantamientos populares, los cambios de gobierno tras cada periodo, la inestabilidad política, en fin, el escepticismo con toda clase de gobiernos y partidos.
Milei, en sí mismo, es muy débil para aplicar el plan de ajuste que realmente necesita la patronal y el imperialismo para iniciar un nuevo ciclo de acumulación capitalista en Argentina. Más teniendo en cuenta que la crisis económica mundial no le ayuda.
Es un gobierno débil, precario, que se apoya en el resto de los partidos y de las traiciones de la dirigencia sindical. Un gobierno que avanza lo que puede y le dejan, pero que está muy lejos aún de establecer una relación de fuerza decisiva contra la clase obrera y el pueblo. Si Milei tuviera que llamar a una movilización en su apoyo, por ejemplo, fracasaría totalmente. Es la inacción —en realidad complicidad— de partidos y sindicalistas lo que permite que se sostenga. Aun así, toda lucha importante frena sus ímpetus. Fue el caso de las marchas en defensa de la educación pública, de los cacerolazos de diciembre contra el mega DNU, de la lucha en Misiones de maestros, personal de salud y policías, a la que Bullrich quiso reventar y luego se retiró por la firmeza del pueblo. Hoy la lucha en Aerolíneas o la de la Petroquímica en Rio Tercero contra los despidos y desguace se sostiene a pesar del aislamiento en que las deja la CGT. Y en la actividad privada, la complicidad de los sindicatos con los despidos ha sido absoluta, incluso en el caso del sindicato del Neumático dirigido por la izquierda reformista que capituló sin pena ni gloria a más de mil despidos en el sector.
Por una nueva dirección sindical y política, por un polo de independencia de clase
Este gobierno de payasos y de Ceos de las grandes empresas es el fruto del desastre del peronismo, al que las masas vienen repudiando desde las elecciones del 2021 a la fecha. Ese odio por un movimiento hambreador y corrupto se extiende a lo que llaman la "columna vertebral del movimiento", los burócratas traidores y corruptos que aún hoy están formalmente representando a la clase trabajadora en los sindicatos, basados en el autoritarismo, el miedo y la coima de los empresarios. Estamos en un periodo de transición, entre el rechazo a esos impresentables y la aparición de una nueva dirección. Es un proceso histórico, que no se hace de la noche a la mañana. Y que supera en mucho a las organizaciones sindicales: es una necesidad para toda la clase obrera, sindicalizada o no sindicalizada, de la ciudad y del campo y que ya está en la cabeza de miles y miles de activistas, que no encuentran aún la manera de organizarse.
Desde el Nuevo PST creemos que tenemos que agruparnos en un gran polo de independencia de clase, cuya forma aún no podemos saber, pero que tiene que tener en claro que no debe subordinarse a ningún dirigente o partido patronal, porque la lucha que tenemos por delante es contra todo el sistema capitalista, que viene fracasando en todo el mundo, como lo demuestran las guerras, las crisis sociales, los desastres ambientales, la inflación y la recesión mundial y al que los trabajadores enfrentan con grandes luchas, incluso en los mismos centros imperialistas como EEUU y Europa.
Nuestra salida: un plan económico al servicio de la clase obrera y el pueblo pobre
Para terminar con el hambre y la miseria de la mayoría de la población, hace falta derrotar a este gobierno y su plan para imponer un plan totalmente opuesto. Algunas de las medidas básicas que proponemos son las siguientes.
En primer lugar, la riqueza social que surge del trabajo de millones de obreras/os, debe estar subordinada a las necesidades sociales:
- El comercio exterior debe estar centralizado y controlado en base a lo que la población necesita.
- La banca debe ser única y nacional: todo el crédito y el manejo de las divisas debe ser centralizado, hoy está al servicio de la timba financiera y la usura de las grandes corporaciones mundiales que dominan todo este sector
- Las grandes empresas industriales, de servicios y del agro, deberán subordinarse al plan económico centralizado, no podrán despedir trabajadores y sus convenios deberán respetar condiciones de trabajo y salarios dignos. Las mismas serán controladas por comisiones de trabajadores electos por la base, con control permanente de la misma. Los empresarios que no acaten, serán expropiados de inmediato y la propiedad será del Estado, bajo el control obrero.
- La educación y la salud deber ser universales, gratuitas y de calidad: no debe haber lugar para el lucro, son necesidades básicas a las que toda la población tendrá derecho irrestricto.
- Debe encararse un plan urgente de construcción de viviendas y de acceso a los servicios básicos del que millones aún carecen: gas, agua potable, energía, internet. Ningún rincón del país debe carecer de esos requisitos mínimos para el desarrollo de la vida en la actualidad.
Adelantamos estas medidas para la discusión, no son las únicas por supuesto, pero las consideramos imprescindibles.
En síntesis, la lucha concreta hoy contra el plan de Milei, contra los despidos, el cierre de establecimientos, las reformas laborales, el ajuste permanente, las privatizaciones, etc, deben tener un horizonte de cambios profundos: basta de Milei, desde ya. Pero también basta de radicales, macristas y peronistas, que no hacen otra cosa que pintar con distintos colores una y otra vez a este sistema político y económico, el capitalismo, que día a día muestra su fracaso, en Argentina y todo el mundo.
Por una Argentina socialista y por el socialismo global para terminar con el hambre, la miseria, la destrucción ambiental y las guerras, por la unión fraterna de todas las naciones, hermanadas por la clase obrera.
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