24E: Paro y movilización

Editorial del 24 al 30 de enero del 2024

Sobran las razones para una huelga general que derrote por completo a Milei y su plan anti obrero. La primera medida de Milei fue la devaluación del 118% que pulverizó el poder de compra de quienes dependemos de ingresos fijos como los asalariados, jubilados, pensionados y beneficiarios de planes sociales. Al mismo tiempo mejoró la rentabilidad de los exportadores, que se benefician de un dólar alto pagando salarios en pesos. Por su parte, los grandes capitalistas que proveen bienes y servicios en el mercado interno (Coto, Jumbo,Telecom, etc) trasladan el porcentaje de devaluación a sus precios. Algo muy difícil de hacer para el pequeño productor, comerciante o cuentapropista.

Luego decidió mediante Dcto 84/2023 la no renovación de contratos para trabajadores ingresados desde el 01 de enero de 2023 al estado nacional. No hay una cifra exacta pero se calcula en varios miles de trabajadores cesanteados de esa manera. Y por último presentó un doble paquete de leyes: el DNU y la Ley Ómnibus. Estas leyes reflejan el anhelo de una reforma jurídica integral para favorecer a los grandes conglomerados económicos globales (como la Barrick Gold, Elon Musk, etc.), cercenar y limitar derechos laborales, atacar libertades democráticas, retroceder en derechos y protecciones ambientales, culturales, deportivos, entre otros aspectos. 

Un paquete tan ambicioso, que no solo ataca a las masas pobres sino también a importantes sectores medios y patronales, no podía avanzar sin grandes oposiciones, que fueron provocando cambios fundamentales en el proyecto original. Cambios originados fuera del Parlamento, por decisiones judiciales, presión de los gobernadores, cámaras empresarias perjudicadas, etc.

Lejos de la fantasiosa descripción de este gobierno como una dictadura o hasta una monarquía, nos encontramos ante un gobierno muy débil, que tiene que hacer continuas concesiones en las reformas planteadas pero que descansa sobre el apoyo del resto de las fuerzas políticas y en la CGT.

En ese sentido, el programa y la preparación del paro por parte de la CGT y las demás centrales sindicales no buscan derrotar al plan de Milei, sino solo negociar cada punto. De hecho uno de los convocantes del paro —Armando Cavalieri de Comercio— ya había acordado la reforma laboral a cambio de mantener las "cuotas solidarias" que le manotean al trabajador, cuando la Cámara Nacional del Trabajo frenó el capítulo laboral del DNU. No es la excepción: todas las cúpulas sindicales tienen el objetivo de negociar sus privilegios, para ellos el paro no es más que un episodio para esa negociación.

Por eso, para no derrotar sino negociar con Milei, ellos mismos boicotean el paro de la forma más escandalosa: lo decidieron a puertas cerradas los secretarios generales y son pocos los lugares donde impulsaron asambleas para votar y garantizar el paro, sino que además decidieron que haya transporte público normal hasta las 19hs, de manera de que el paro afecte lo menos posible a los empresarios. Ya el paro nació dividiendo a los trabajadores, al plantear que sea por medio día. Eso significa que la mitad de la clase obrera no está llamada a parar, por trabajar en otro horario. En los casos de fábricas con sistema americano, solo parará el turno tarde, por ejemplo. Esta falta de contundencia es decisiva: no basta con que seamos miles en las calles sino afectamos el negocio de los capitalistas, parando todo el país ese día, expresando de alguna manera que sin la clase obrera el capitalista no es nada. Para enfrentar al gobierno, hay que pararle a los capitalistas, Milei es solo su gerente actual, como antes lo fueron Macri y los kirchneristas.

La izquierda del Fitu, lejos de oponerse a esta capitulación, calla ante la política negociadora de la CGT con la cual se muestra abrazada siempre que puede, mientras plantea una "columna independiente" para diferenciarse en forma superficial, como aparato electoralista, como siempre lo hace.

Desde el Nuevo PST planteamos un programa diferente:

• Movilización y huelga general para derrotar no solo el DNU y la ley Ómnibus, sino una lucha sin cuartel por la intervención a las grandes empresas de alimentos, transporte, medicamentos y servicios, contra la catástrofe de la inflación, el hambre y la miseria crecientes.
• Por un salario mínimo equivalente a la canasta basica, hoy en $500.000, actualizado mensualmente en base a la inflación!
• Reincorporación de todos los despedidos!
• Plan general de obras y servicios públicos incorporando a todos los desocupados, con el salario indicado y cobertura completa de salud a cargo del Estado!
• Abajo el dominio capitalista y su gobierno!
• Por una nueva dirección sindical y política para la clase obrera y el pueblo!
• Por un gobierno obrero y popular para aplicar un plan económico y social al servicio de la población trabajadora, no de los parásitos capitalistas y sus representantes políticos y sindicales!

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