Editorial semanal Nº20, del 28 de febrero al 05 de marzo del 2024
Se profundiza la crisis social, económica y política de la Argentina capitalista
Editorial del 28 de febrero al 05 de marzo de 2024
La crisis social se agrava: suspensiones, despidos, paritarias que corren detrás de la inflación. Margarita Barrientos —la dirigente social macrista y que votó a Milei en el balotaje—, lo expresa así: "No nos están mandando alimentos, no están dando soluciones; hay veces que nos quedan familias completas sin comer, tenemos que salir a decirle a la gente que no nos alcanza. Le diría al Gobierno que mire hacia donde está la necesidad; que recorra, que vaya a los lugares... hay mucha gente en la calle, familias que no pueden pagar el alquiler". (Diario Perfil, 17 02 24). Es tan grave y generalizada esta situación que hasta en las filas policiales se extiende el descontento e incluso los reclamos abiertos, como sucedió en los últimos días en Chaco, Catamarca y Tucumán.
La crisis económica, pese al supuesto logro del déficit cero, también se profundiza. Así lo explica Carlos Rodríguez, asesor de Milei hasta poco antes de que este asumiera la presidencia: "La inflación está bajando simplemente porque no le pagaron a nadie. Después de una devaluación del 118% los precios subieron a lo bestia. Se suspendió todo tipo de pago, salvo los financieros. El sector financiero está bailando en dos patas, arriba de la mesa y festejando con champagne. La que no está festejando es la gente. No subieron los sueldos, no subieron las jubilaciones y los precios subieron 50% en dos meses. Entonces hay una recesión de la Madonna en el sector real. Esa es la triste realidad. Entonces, claro que bajó la inflación. Así cualquiera la baja" (entrevista con Eduardo Feinmann, 19-02-24).
Acindar, debido a la recesión, decidió suspender toda su producción durante el mes de marzo, en sus cuatro plantas: Villa Constitución, Villa Mercedes, San Nicolás y Rosario.
Numerosas fábricas y empresas están despidiendo o suspendiendo personal. El parate a la obra pública ha derivado en miles de despidos, sobre todo en el sur del país. Volkswagen postergó una millonaria inversión eligiendo a Brasil en vez de Argentina. Encima, hay una crisis económica mundial, ahí está para graficarla la lucha de los agricultores europeos —de la que poco y nada se informa—, que con sus tractores y camiones llegaron a Bruselas y pusieron fuego a la sede de la Unión Europea, haciendo retroceder a las fuerzas policiales.
Toda esta crisis social económica de la Argentina capitalista está abriendo una enorme crisis política que se expresa en virulentas peleas en las instituciones del régimen político, sus partidos y dirigentes. Tras la derrota sufrida por el fracaso de la Ley Ómnibus, el gobierno de Milei sufre numerosas fracturas con renuncias en el gabinete, el alejamiento de Carolina Piparo de LLA, y rupturas en su propio bloque de diputados. También la coalición capitalista PRO y Juntos por el Cambio se encuentra al borde de la fractura entre los que apoyan, o se oponen a Milei. Esta grave crisis se exacerbó cuando Milei desató una furibunda ofensiva sobre los gobiernos provinciales para que sean ellos los responsables del grueso del ajuste, provocando así una inédita alianza de los gobernadores en contra de Milei, encabezados por el gobierno de Chubut, que había votado en el Parlamento a favor de la Ley Ómnibus.
Los gobernadores reclaman por la quita de los subsidios al transporte, los fondos para el incentivo docente y por los impuestos coparticipables (sobre los cuales el gobierno nacional empezó a deducir deuda de las provincias). No es que los gobernadores estén en contra de ajustar, pero temen quedar expuestos ante la indignación popular. La semana pasada decíamos "Milei y los gobernadores se pasan la pelotita…". Corregimos, no es una pelotita, es una brasa ardiente que puede encender el fuego de un reclamo masivo. Esa es la razón de fondo que produce estas peleas: el temor a la respuesta obrera y popular a estos ataques. Y es precisamente este ascenso y odio popular el que está agudizando la crisis de los partidos políticos capitalistas, agravando los enfrentamientos y rupturas entre ellos.
También el peronismo, y el kirchnerismo atraviesan una enorme crisis. Cristina Kichner está desaparecida, recluida en la Patagonia, y mientras las voces de los gobernadores patagónicos se eleva, ella hace silencio. Lo mismo sucede con el hasta hace poco ministro de economía Massa, completamente desaparecido de la escena política y Kicillof hambreando al pueblo de Buenos Aires. Grabois, y los dirigentes de la CGT se limitan a reclamar mas subsidios a los comedores para contener el hambre con dádivas, y asistencialismo, negándose a luchar por trabajo, y salarios.
Necesitamos una nueva dirección
Mientras tanto, la CGT sigue amagando con un nuevo paro general, pero sin ponerle fecha. La burocracia sindical solo tiene como objetivo la defensa de sus propios privilegios, pero está siendo presionada cada vez más por una situación desesperante por los bajos salarios, las suspensiones y los despidos. Moyano y compañía quieren reconstruir al peronismo para las próximas elecciones, legislativas en 2025 y presidenciales en 2027. Es decir, nos ofrece como alternativa el mismo peronismo odiado y derrotado por los trabajadores en la anterior elección.
Esa no puede ser una salida, al contrario, en las luchas que se den, debemos ir preparando una nueva dirección sindical y política que luche por la democracia obrera, sin privilegios ni dirigentes millonarios. Por eso es imprescindible la participación de toda la base mediante asambleas democráticas y participativas. La burocracia prefiere dar órdenes desde arriba, el movimiento obrero debe exigir respeto sagrado a sus propias decisiones como sujeto activo de la lucha.
Esa nueva dirección no va a surgir por arte divino, tenemos que construirla desde el activismo, los luchadores, dirigentes, todos aquellos que están dispuestos a dar ese paso. Estamos trabajando una Carta Abierta para avanzar en el nucleamiento de esta herramienta imprescindible que necesitamos. Podemos avanzar con muchos compañeros asqueados de la dirección peronista pero también decepcionados de las direcciones del FITu y los pequeños grupos de izquierda que impulsan asambleas marginales de "coordinación" conformadas por sus propios militantes que no tienen ninguna representatividad, completamente a espalda de las bases, toda una política de pequeños grupos que es completamente funcional a la burocracia sindical y al peronismo.
Los grupos del FITu y sus satélites profundizan el curso de subordinación al peronismo y el kirchnerismo que han venido protagonizando cuando capitularon al gobierno hambreador de Cristina, Alberto y Massa, al votarle sistemáticamente sus leyes o al llamar a votar por Massa en el balotaje —abierta o disimuladamente— . Ahora esos grupos han resuelto preparar un acto en común el 24 de Marzo con el peronismo, y el kirchnerismo, lo que significa una capitulación, y el abandono de las banderas de la independencia política en relación a los partidos patronales y capitalistas.
Todos se escudan para llevar adelante esta política en la necesaria unidad de todos contra Milei. Por supuesto que debemos luchar unidos desde abajo contra Milei, pero no solo contra él, también contra los Kicillof, los Llayrora, así como el resto de los gobernadores y dirigentes patronales que nos han hundido en la miseria y la desesperación. No se puede hacer un acto en común el 24 de Marzo junto a las mismas fuerzas políticas que hasta hace 3 meses atrás gobernaban el país matando de hambre al pueblo con su gobierno que defiende al capitalismo. Los grupos de izquierda que se unen al peronismo en el acto común del 24 de Marzo lo hacen pensando en las listas de las próximas elecciones, no en la necesidad de una lucha genuina por los intereses de los trabajadores y el pueblo.
El Nuevo PST denuncia que bajo el capitalismo no tenemos salida, hay que luchar por derrotar completamente al plan de Milei y cualquier nueva opción patronal: por un gobierno obrero y popular, por un estado y una república de los trabajadores. Desde allí podremos iniciar un plan de emergencia que hoy mismo llamamos a preparar, para salir del hambre y la miseria:
- Por aumento general de salarios al ritmo de la canasta básica, que este mes está entre $800.000 y $900.000
- No a los despidos y suspensiones: fábrica que despide debe expropiarse sin indemnización bajo control obrero
- No a los aumentos de tarifas en el transporte, el mismo debe ser expropiado y puesto bajo el control de trabajadores y usuarios, con un costo mínimo
- No a los tarifazos de gas, electricidad, agua, peajes, etc.
- Suspensión inmediata de todo pago de la deuda externa, así como de los pagos a los grandes tenedores de bonos. Suspension de los Savatajes a las Corporaciones Multinacionales, que son el centro de la economia mundial.
- Plan nacional de obras públicas para dar trabajo registrado y con sueldos dignos a todos los compañeros y compañeras desocupados, desocupación que se disfraza con la limosna miserable de los planes sociales.
- Apoyo a todas las luchas, impulsemos desde las bases una huelga general para derrotar a Milei y su plan
Dejanos tu comentario y contactate con nosotros