Pacto rengo

Editorial del 06 al 12 de marzo de 2024

Después de las derrotas sufridas en el Parlamento y en la disputa con los gobernadores, Milei retrocedió y los llamó a firmar el Pacto del 25 de Mayo en la ciudad de Córdoba. Este consta de 10 puntos, entre los cuales hay dos que constituyen un ataque directo a trabajadores activos y pasivos: la reforma laboral y la previsional, con la posibilidad de reflotar las AFJP. 

Además quiere volver a proponer que le voten la Ley Ómnibus. Pero el Pacto nace rengo: ni van a estar todos los gobernadores ni los que concurran van a aprobar todas sus propuestas. Es que, aunque Milei y los gobernadores quieran mostrar una imagen de acuerdo, los problemas de fondo del país no pueden ser resueltos —desde el punto de vista del sistema capitalista— sin lo que ellos llaman "reformas estructurales".

Estas reformas son la laboral y la previsional (puntos 7 y 8 del Pacto) en tanto ataques directos a la clase obrera, pero además necesitan avanzar en la depredación capitalista de los recursos naturales en todo el territorio argentino. Por eso el punto 6 propone: "Un compromiso de las provincias de avanzar en la explotación de los recursos naturales del país". Pasado en limpio esto significa vía libre a la explotación minera, energética, acuífera y agropecuaria sin ningún tipo de cuidado del medio ambiente o de las poblaciones. Claro que los que resisten estos ataques no son propiamente los gobiernos, sino las comunidades afectadas.

Lo mismo con los restantes puntos del Pacto: quién más, quién menos, todos acuerdan en lo general. El problema es quién le pone el cascabel al gato, es decir el costo político ante el pueblo trabajador. Pero no solo el costo político, sino la posibilidad de que las masas derrotemos estos proyectos y acabemos con los gobiernos también.

El sector del peronismo y el kirchnerismo que dicen oponerse a este Pacto, como Kicillof, no llama a derrotarlo sino a prepararse para el recambio institucional en el 2027. Por eso la CGT sigue dilatando el llamado a un paro general y cuando lo haga lo pondrá al servicio de negociar uno que otro punto, en los hechos eso significa darle chance a Milei. Lo mismo hace la izquierda del FITu, llevando ridículos cartelitos al parlamento o presentando proyectos para su propaganda electoral. O en el caso de dirigentes como Alejandro Crespo del Partido Obrero, que se dedica a juntar comida para los comedores, colaborando de ese modo con la contención del pueblo hambreado, en vez de llamar a luchar para derrotar a Milei y su plan, planteando, por ejemplo, la intervención de las grandes empresas alimenticias, lácteas y frigoríficos para garantizar de inmediato el acceso a la comida para toda la población y, solamente cuando este cumplida esta tarea, utilizar el remanente para exportar.

Estas direcciones políticas y sindicales —peronismo, kirchnerismo, izquierda reformista—, no nos sirven, son unos fracasados colaboradores del gobierno de Cristina, Alberto y Massa, y se están juntando para resucitar otro gobierno "progresista", tan hambreador como el de Milei o el anterior gobierno peronista. Ya pasaron de acordar en el parlamento a preparar un acto político-electoral el 24 de marzo.

La clase obrera y el pueblo pobre necesitamos la construccion de una nueva direccion en movimiento obrero, social, sindical y mujer,  que rompa con los viejos aparatos de la burocracia sindical, la burocracia piquetera y el feminismo reformista, acomodados en el sistema burgués para defender al sistema en colapso. Necesitamos, en lo inmediato, derrotar a este gobierno y a su plan con la unidad, la movilización y la huelga general. E ir preparando la lucha por nuestro propio gobierno obrero y popular, contra el estado capitalista y su gobierno, para confiscar a la gran burguesía explotadora y aplicar un plan económico para la mayoría trabajadora.

Para estas tareas inmediata e histórica llamamos a los activistas, militantes, dirigentes y trabajadores combativos a construir una nueva dirección política y sindical.

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