Editorial semanal Nº39, del 13 al 18 de julio del 2024

13.07.2024

Milei y la pobreza


Editorial 39, del 13 al 18 de julio de 2024

En una reciente entrevista con La Nacion+, el presidente afirmó que "la pobreza es una condición natural del ser humano" y que la única forma de combatirla es mediante el crecimiento económico. Son afirmaciones parciales y unilaterales, por lo tanto incorrectas.
A lo largo de milenios, la especie humana fue desarrollando mejores medios técnicos y habilidades para extraer de la naturaleza los bienes suficientes para escapar a una existencia precaria.

Podemos esquematizar diciendo que la humanidad tuvo dos grandes revoluciones en ese sentido. Una fue la revolución neolítica, alrededor de 10.000 años aC. que desarrolló espectaculamrente la agricultura, a través del aprovechamiento de los grandes ríos y el manejo del riego. Otra, la revolución industrial del siglo XVIII, cuya cuna fue Inglaterra.

A partir del desarrollo de la agricultura, empezó a lograrse un excedente de alimentos que permitió el desarrollo de las primeras ciudades y el nacimiento del estado, dominado por la burocracia militar, sacerdotal y administrativa, que fueron castas privilegiadas con respecto a los campesinos que trabajaban la tierra. Egipto es el modelo de ese tipo de organización social. Si bien no había clases sociales, había una gran diferencia entre los funcionarios del estado, a la cabeza de la cual se encontraba un rey o faraón, y las masas campesinas.

La agricultura siguió siendo la fuente de riqueza más importante a través de los regímenes esclavista y feudal, solo que aquí ya encontramos a las primeras clases sociales. En Grecia y Roma, ejemplo de sociedades esclavistas por excelencia, el dueño de la tierra era también propietario de los esclavos que la trabajaban y producían la riqueza, a cambio del sustento mínimo para vivir. En la sociedad feudal, el dueño de las tierras ya no tenía esclavos, sino siervos, que trabajaban la tierra (que no podían abandonar) y tributaban al dueño del feudo la mayor parte de los frutos, quedándose con lo necesario para vivir.


Desde el Siglo X de nuestra era, alrededor de la actividad comercial sobre todo en el mar Mediterráneo, fue surgiendo una nueva clase social, los capitalistas. Pero es con la revolución industrial donde el capitalismo empieza a dominar la sociedad en forma completa, destruyendo al feudalismo por medio de las grandes revoluciones en Inglaterra, EEUU y Francia. 

El sistema capitalisma de organización social y económica, permitió una acumulación de bienes y riquezas jamás visto antes. Pero, siendo un sistema de competencia basado en la obtención de ganancias, agotó sus posibilidades de desarrollo lo cual quedó evidenciado en la pelea intercapitalista de las dos grandes guerras mundiales y en infinidad de conflictos posteriores. Ahora, en su etapa final de decadencia, no solo no puede solucionar el problema de la vivienda, el alimento y condiciones dignas para la mayoría de la población mundial, sino que está poniendo en riesgo la existencia misma del planeta, cuya mayor evidencia es el calentamiento global, la destrucción del medio ambiente, las grandes inundaciones, la emergencia de epidemias y la continuidad de las guerras y matanzas, cuyas víctimas principales son las grandes masas trabajadoras.

En Argentina, el sistema capitalista tiene paralizada la mayor parte de su capacidad productiva (herramientas, galpones, materias primas y clase obrera). No producen porque no pueden vender, y si no venden no hay ganancia. Entonces, cuando Milei habla de que la pobreza se combate con crecimiento económico, dice una verdad a medias. Primero porque ese crecimiento económico no se produce debido a la crisis económica mundial y segundo porque si hubiera una reactivación sería sobre un incremento de la explotación de la clase obrera a niveles inimaginables. Eso es lo que quiere hacer el dueño de Fate: echar trabajadores, producir más con menos gente, bajar los salarios y destruír las conquistas que los obreros del neumático han logrado con grandes luchas. De esa forma, Madanes Quintanilla podría competir con sus neumáticos producidos a bajo costo, con los fabricantes de otros lugares del mundo, y estos a su vez deberían incrementar la explotación sobre sus propios trabajadores.

Eso es el capitalismo, y en este sentido la crítica a Milei la extendemos a los que hablan de un capitalismo humano o justo, como el que defiende Kicillof y el peronismo. No hay salida con el capitalismo, hace falta que la clase obrera tome el poder y el control de la sociedad para planificar la economía al servicio de la mayoría de la población, mediante la socialización de los medios de producción

La era de la revolución

En forma inconciente, mediante grandes luchas y el rompimiento con las viejas direcciones, en el descrédito de las instituciones y el abstencionismo electoral, las masas del mundo se van moviendo hacia un cuestionamiento total del sistema. Es lo que llamamos revolución política, un fenómeno extraordinariamente progresivo de repudio a lo viejo, a las grandes figuras y partidos tradicionales, tanto de izquierda como de derecha pero igualados en la defensa del sistema capitalista. 

Es esta revolución política la que destruyó al peronismo, a través de las grandes derrotas electorales del 2021 y 2023, pero sobre todo, por el repudio que este partido de explotadores, tránsfugas, corruptos y abusadores produce en las masas. En ese proceso, Milei es solo un ave de paso, muy débil, que saltará por los aires en la medida que se siga desarrollando la crisis sin salida de la economía capitalista y el surgimiento de nuevas direcciones en las luchas presentes y futuras. En ese sentido, Misiones y Corrientes marcan el camino de la unidad obrera y popular contra todas las lacras del sistema, no solo las puramente económicas, sino las que tienen que ver con la opresión social, como es el caso de las redes de trata que el caso de Loan pone sobre el tapete.


Entrando ya en el segundo semestre de gobierno libertario, la crisis se ahonda, los patrones se desesperan, no ven salida y empiezan a pensar cada uno en su propia salvación. La burocracia sindical, impotente, no hace otra cosa que tratar de mantener el control sobre los sindicatos y sus movimientos tienen ese solo objetivo, aún cuando amaguen con luchar o incluso no tengan más remedio que ponerse al frente de los reclamos obreros para no perder sus posiciones. La izquierda del Fitu, despotrica contra la "ultraderecha" mientras acaricia un acuerdo futuro con Kicillof para intentar salvar este sistema decadente y de paso salvar su propios privilegios dentro del régimen capitalista burgués, que tanta platita les brinda por la participación electoral, el acceso a puestos del estado, el manejo de cooperativas truchas y de los planes sociales.

Hay que romper con todos ellos. La clase obrera y sus aliados de la ciudad y el campo, la pequeño burguesía arruinada, debe orientarse hacia una lucha contra el gobierno actual en la perspectiva de un gobierno obrero y popular que centralice la banca, el comercio y los grandes medios de producción al servicio de un plan económico socialista.


  • Basta de hambre: intervención ya de las grandes alimenticias, frigoríficos y del complejo agroexportador para garantizar acceso a los alimentos a bajo costo para toda la población!
  • Basta de recesión: poner a producir las fábricas y comercios en forma completa bajo la dirección de la clase obrera!
  • Basta de usura financiera: centralizar la banca para garantizar el crédito a los trabajadores y pequeños productores!
  • Basta de redes de trata, narcotráfico e inseguridad en los barrios: organización directa de la población, poniendo la tropa policial bajo el control del pueblo trabajador!
  • Por una gran movilización nacional por la aparición de Loan e investigación de todos los casos de trata, abuso y explotación sexual! Cárcel a los Espinozas y a todos los abusadores y sus protectores!
  • Por un gobierno obrero y popular!

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